11.7.08

14/7/2004


Mauricio Macri
Asistí ayer a una conferencia del líder de Compromiso para el Cambio en la Fundación Libertad.
Mauricio derrocha entusiasmo y optimismo.
Su mensaje principal fue el de la necesidad de participación en la cosa pública.
Marcó la conveniencia de comenzar con el nivel municipal, en el que la relación gobernante-gobernado es más cercana, además de poder realizar un control más directo de la labor gubernamental.
Repetidas veces habló de que gobernar es "gestionar". ¿Deformación profesional?
Destacó la necesidad de realizar "reformas de fondo" que difícilmente podrían realizarse con una participación de alcance municipal.
Cuando se le pidieron propuestas concretas demostró ser un excelente cronista de la realidad sin dar más ideas que algunas generalidades.
Ver oportunidades en la Argentina de hoy me hace pensar en el empresario que se hizo millonario en Turrolandia.

¿Queremos hacernos ricos en Turrolandia, o queremos cambiar el país?

El país de Macri nos es desconocido más allá de sus buenas intenciones. Excepto tal vez por una tangencial mención de Sarmiento y Avellaneda se encargó de omitir cualquier definición dogmática o ideológica.
Si los equipos de Compromiso para el Cambio pretenden formar la pata de la gestión en la amalgama opositora de la derecha argentina, necesitarán que aparezca otra pata que pueda sostener los principios de la libertad y el gobierno limitado.

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