28.5.08

17/2/2004:

Dijo Kirchner en el acto de presentación del proyecto de ley de indemnización y reparación a las víctimas del 19 y 20 de diciembre de 2001:

"Tenemos que seguir avanzando en consolidar los derechos humanos, terminando con la impunidad de ayer y la impunidad de hoy, porque la impunidad de hoy es fruto de la impunidad de ayer".

"En cuanto a la impunidad de ayer esperemos que funcione a pleno nuestra Justicia, que se aceleren los trámites para todos los que violaron los derechos humanos en la Argentina, para todos los responsables del genocidio y que la gente de nuestra generación pueda ver que la justicia se aplica".

Mientras tanto nominaba a Esteban Righi como Procurador General de La Nación, y esto decía un editorial del Buenos Aires Herald sobre el tema:

"Como ministro del Interior del gobierno justicialista de izquierda de 45 días con Héctor Cámpora en 1973, Righi fue un motor primordial en la decisión de indultar a 371 guerrilleros convictos, al denominárselos "presos políticos". Esto resultó un catalizador decisivo en la evolución de la campaña antiterrorista a convertirse en "guerra sucia", ya que le quitó todo respaldo a los efectivos en la lucha contra el terrorismo de acuerdo con la ley, al permitir que todos los guerrilleros judicialmente sentenciados salieran así en libertad".

Yo tenía 8 años en ese momento, pero recuerdo nítidamente las imágenes de las manifestaciones en el BGH blanco y negro y a mis viejos diciendo "qué barbaridad, soltaron a todos los terroristas". Esta amnistía terminó con la "guerra limpia" contra el terrorismo. Le quitó al Estado Argentino las herramientas legales para enfrentar a los enemigos de la democracia. No quiero justificar las aberraciones que se cometieron en la "guerra sucia", pero sí destacar la responsabilidad de Righi en la violencia desatada.
Si Kirchner quiere justicia y terminar con la impunidad, podría empezar por Righi, que de impunidad parece saber bastante, y al menos, no postularlo a ningún cargo público.
Los que sufrieron secuestros, torturas y muerte pueden agradecérselo a Righi. Si no fuera por él tal vez, sólo hubieran debido enfrentar la cárcel y un juicio justo.

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