28.5.08

14/2/2004:

Aquí en Argentina estamos muy acostumbrados al refrán "El que parte y reparte se queda con la mejor parte", que suele relacionarse también con el verso del Martín Fierro "Hacete amigo del juez..."
Hay un artículo muy interesante de Walter Williams en www.capmag.com titulado "Gobernados por reglas, no por hombres" en el que comienza explicando cómo su madre impuso una regla entre sus hermanos: "El que divide las porciones no puede elegir primero". Se pueden imaginar que las porciones no solían diferir en menos de un microgramo.
Para Williams este tipo de reglas -las que promueven la justicia, ya sea nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo quien "corte la torta"- son las necesarias para promover una sociedad civilizada.
El bienestar de la nación, dice, se alcanzará si nos concentramos en la justa aplicación y cumplimiento de reglas neutrales, en lugar de concentrarnos en las personalidades políticas.
Williams termina con una pregunta: ¿Queremos que nuestros gobernantes sean árbitros imparciales, o que tengan la facultad de decidir quién gana y quién pierde?
Analicemos el tema de la deuda.
Si existe una cifra máxima para pagar a los acreedores, ¿por qué se hacen diferencias entre los tenedores de bonos, los ahorristas previsionales, los organismos multilaterales y los acreedores posteriores al default?
Una regla neutral, que permitiera repartir la torta (el superávit del 3% del PIB o lo que fuese) uniformemente entre todos los acreedores (quita similar) sería mucho más justa que la arbitrariedad del gobernante de turno, y más aceptable para todos.

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