Los crímenes cometidos por individuos a cargo de determinadas organizaciones del Estado, las fuerzas armadas por ejemplo, son mucho más graves que los cometidos por individuos comunes particulares, porque son realizados en nuestro nombre y financiados con nuestro dinero a través de los impuestos. Son un crimen y una estafa al mandato del pueblo. Pero son cometidos por personas, no por entes o cosas. No se puede juzgar a un inmueble. No se puede juzgar a un cuadro.
Espero que el museo de la memoria no sea un espacio destinado a exaltar los fines de los guerrilleros terroristas, muchos de los cuales son hoy integrantes o parientes de los integrantes de las organizaciones de derechos humanos, ignorando supinamente los medios que estos asesinos empleaban para intentar alcanzarlos.
Ya es sabido que estas agrupaciones negarán que los fines perseguidos por el gobierno militar de pacificar una nación en caos (la aniquilación del terrorismo era la única forma para lograrlo) eran compartidos por la inmensa mayoría de los argentinos. Simplemente nos queda la ilusión de que hubieran podido utilizar otros medios.
El triunfo del terrorismo nos hubiera convertido en otra Cuba: un país represivo y totalitario en el que prima la censura, sin libertad de expresión, sin derecho de entrar y salir del país, sin derecho de propiedad. Esos eran los fines de los terroristas.
Y cuando veo la bandera roja con la cara del asesino Che Guevara flameando sobre la ex - ESMA me invade una gran preocupación.
Este es un fragmento de una carta abierta al Presidente Néstor Kirchner que no deja lugar a dudas:
Gracias, Señor Presidente Dr. Néstor Kirchner; Ayer 24 de marzo fue un día histórico, no sólo para nuestro país sino para el mundo entero. (...) Llamamos a todos los que creen en el socialismo y la revolución para que vean este momento histórico tan particular que le demuestra al mundo una decisión política que jamás soñamos. Falta mucho todavía para llegar a lo que soñaban nuestros hijos, pero intuimos que éste es el camino, caminemos juntos. Las utopías se construyen con amor y sueños.
Hebe de Bonafini
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