Nuestros paradigmas son Martín Fierro -el gaucho pobre que se hace violento(*)-, el tango Cambalache -que debe ser el único que nos sabemos todos-, Isidoro Cañones -el piola que nunca laburó en su vida y vive de los demás-, Mafalda -anticipatoria de los movimientos antiglobalización-, y por supuesto Evita -la dama buena que reparte lo ajeno(*)...
Nuestros guías espirituales son Tato y Pinti. El primero fue mutando desde Cammarota hasta la izquierda progre de sus últimos años, y el último nos hacía morir de risa con su salsa criolla, pero salíamos destrozados del teatro sabiendo que estamos condenados a ser como somos...
Nuestro deporte nacional es el truco, el juego de la mentira, el engaño y la viveza...
Ganamos un mundial gracias a un gol con la mano, pero igual nos parece justo porque ese gol se lo hicimos a los "piratas" ingleses...
Cuando gana la selección ganamos todos, cuando pierde son esos muertos los que perdieron...
Nuestros empresarios exitosos siempre están bajo sospecha: "éste a la guita la debe haber hecho afanando"...
(*)Gracias, García Hamilton
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