Juan Carlos Blumberg murió con su hijo. Lo que queda de Blumberg es un cuerpo con una misión, la de ser representante de la ciudadanía (aunque tal vez en su fuero íntimo lo sea sólo de su familia, o de su hijo Axel), como portavoz del sentido común, al menos en el tema de la inseguridad, ausente en los tres poderes del gobierno.
Es por eso que permanentemente repite la muletilla "¿entiende?".
No, Sr. Blumberg. No entienden. Por eso, por favor, insista.
Blumberg ya tiene más firmas (4.293.553) que los votos que sacó Kirchner para presidente (4.271.141).
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